La televisión es un medio muy concurrido, esto para nadie es un secreto y si se ve desde diferentes ángulos se puede ver que tiene sus pro y sus contra; en la parte en la que yo la estoy manejando que tiene que ver con la educación y con los niños puedo decir que es muy productiva, porque además de entretener, enseña y divierte; sin embargo no se puede dejar de lado la compañía de algún adulto en el momento en el que el infante este haciendo uso de este medio, ya que es muy importante pues los niños pueden tergiversar las cosas.
Ningún exceso es bueno, eso es algo verídico, y lastimosamente en nuestro tiempo la televisión es usada para que los niños se entretengan y no estén haciendo otras cosas; en cuanto al medio que yo manejo lo reitero es muy productivo, pero, ¿ dónde quedan aquellos programas no aptos para menores o con contenidos que no enseñen si no que destruyen?...
Es necesario que cada que un niño se siente a ver la televisión, este alguien asesorándolo y que no sea solo para que pase el tiempo ni que sea un medio al cual se acostumbren; como ya lo mencioné, ese exceso es malo, además, lastimosamente en nuestro medio son pocos los canales que le dedican un espacio a la entretención y a la educación de los niños quienes son parte fundamental en cada lugar en el cual se encuentren.
Por eso tiene sus pro y contras; en cuanto a pro, tenemos ante todo manejándola de una buena manera, aprendizaje, entretención y diversión para los niños; y en contra contamos con que si no se sabe manejar bien lo que nos muestran, si el niño no tiene un adulto a su lado que lo guíe no va a tomar las cosas como son y va a observar programas con altos índices de violencia, de sexo y de aspectos que a la edad de ellos no deberían de ver, además teniendo en cuenta que los niños adoptan todas las actitudes de “sus personajes de la pantalla” y los retoman en la vida real, comportándose y aprendiendo cosas que no deben.
La televisión se ha convertido en uno de los pasatiempos más importantes y de mayor influencia en la vida de los niños. Los niños almacenan todo tipo de información que reciben, sean de la escuela, de sus padres, de un cuento, de una vivencia, en fin, de infinidad de aspectos, y por supuesto, de la televisión. Por esa razón, el hábito de verla todos los días está despertando una gran preocupación por parte de muchísimos padres sobre la calidad de los contenidos que están siendo asimilados por sus hijos, como también sobre qué postura deben tener delante de sus hijos cuanto a la costumbre de ver la tele.
La televisión es una fuente efectiva para la formación de actitudes, adquisición de habilidades y la formación del comportamiento del niño. Es un medio de socialización. Los niños ven a la tele para distraerse, reducir las tensiones, y obtener información. Además, hay niños que ven la tele porque desde muy temprana edad les fue impuesta y a ellos no les queda otro remedio.
La televisión es la actividad líder de los niños. El tiempo que ellos dedican a la tele varía en función de la edad, sexo, clase social y está directamente relacionado con el tiempo dedicado por los padres. Así que los padres deben ser un ejemplo. No es justo achacar a un solo medio de difusión de información y de entretenimiento, lo que puede también ser culpa de muchos padres. Si en el ambiente del hogar los padres tienen la costumbre de ver la tele, seguramente los niños les seguirán. En muchos hogares, la televisión ejerce el papel de compañía, una especie de "niñera". Hay que estar atentos al hábito de ver la tele de los niños. Es necesario conocer más profunda y particularmente su terreno, para evitar que los niños adquieran conductas agresivas, erróneas, que a la vez son aprendidas por imitación. No se puede olvidar que nuestros pequeños están iniciando su formación y que todo lo que vean, escuchen, y vivan, pesará sobre todo.
Ningún exceso es bueno, eso es algo verídico, y lastimosamente en nuestro tiempo la televisión es usada para que los niños se entretengan y no estén haciendo otras cosas; en cuanto al medio que yo manejo lo reitero es muy productivo, pero, ¿ dónde quedan aquellos programas no aptos para menores o con contenidos que no enseñen si no que destruyen?...
Es necesario que cada que un niño se siente a ver la televisión, este alguien asesorándolo y que no sea solo para que pase el tiempo ni que sea un medio al cual se acostumbren; como ya lo mencioné, ese exceso es malo, además, lastimosamente en nuestro medio son pocos los canales que le dedican un espacio a la entretención y a la educación de los niños quienes son parte fundamental en cada lugar en el cual se encuentren.
Por eso tiene sus pro y contras; en cuanto a pro, tenemos ante todo manejándola de una buena manera, aprendizaje, entretención y diversión para los niños; y en contra contamos con que si no se sabe manejar bien lo que nos muestran, si el niño no tiene un adulto a su lado que lo guíe no va a tomar las cosas como son y va a observar programas con altos índices de violencia, de sexo y de aspectos que a la edad de ellos no deberían de ver, además teniendo en cuenta que los niños adoptan todas las actitudes de “sus personajes de la pantalla” y los retoman en la vida real, comportándose y aprendiendo cosas que no deben.
La televisión se ha convertido en uno de los pasatiempos más importantes y de mayor influencia en la vida de los niños. Los niños almacenan todo tipo de información que reciben, sean de la escuela, de sus padres, de un cuento, de una vivencia, en fin, de infinidad de aspectos, y por supuesto, de la televisión. Por esa razón, el hábito de verla todos los días está despertando una gran preocupación por parte de muchísimos padres sobre la calidad de los contenidos que están siendo asimilados por sus hijos, como también sobre qué postura deben tener delante de sus hijos cuanto a la costumbre de ver la tele.
La televisión es una fuente efectiva para la formación de actitudes, adquisición de habilidades y la formación del comportamiento del niño. Es un medio de socialización. Los niños ven a la tele para distraerse, reducir las tensiones, y obtener información. Además, hay niños que ven la tele porque desde muy temprana edad les fue impuesta y a ellos no les queda otro remedio.
La televisión es la actividad líder de los niños. El tiempo que ellos dedican a la tele varía en función de la edad, sexo, clase social y está directamente relacionado con el tiempo dedicado por los padres. Así que los padres deben ser un ejemplo. No es justo achacar a un solo medio de difusión de información y de entretenimiento, lo que puede también ser culpa de muchos padres. Si en el ambiente del hogar los padres tienen la costumbre de ver la tele, seguramente los niños les seguirán. En muchos hogares, la televisión ejerce el papel de compañía, una especie de "niñera". Hay que estar atentos al hábito de ver la tele de los niños. Es necesario conocer más profunda y particularmente su terreno, para evitar que los niños adquieran conductas agresivas, erróneas, que a la vez son aprendidas por imitación. No se puede olvidar que nuestros pequeños están iniciando su formación y que todo lo que vean, escuchen, y vivan, pesará sobre todo.
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